martes, 6 de marzo de 2012


LIMITES Y POSIBILIDADES DE LA ACCIÓN PEDAGÓGICA EN EDUCACIÓN SOCIAL.

En este tema el autor trata de tomar conciencia en definitiva, se tomará conciencia de que la educación es necesaria pero no suficiente y que en la organización sistémica de la realidad, la educación tiene que estar presente y será útil si sabemos identificar sus posibilidades, pero también sus limitaciones.

Partiremos de la idea que la utilización cada vez más frecuente de expresiones  como “acción educativa”, “ modelo educativo” o similares, no ha sido acompañada de una delimitación precisa de los conceptos.

La primera trampa que debe superar un equipo cuando inicia una empresa educativa es la de clarificar qué significado se da a la idea de educación .Si se da una ojeada histórica a los ideales educativos, encontraremos infinidad de significación es. Básicamente, éstas se pueden agrupar en dos grandes familias: las que ponen el énfasis en un proceso de cambio y las que destacan sobre todo un resultado final.

El primer caso, el progreso educativo se mide identificando los cambios que se han producido en un sujeto o grupo comparándolo con él mismo, en un momento anterior. En este caso, hablaríamos de progreso en términos absolutos.

En el segundo caso, el progreso educativo se mide identificando los cambios que se han producido en un sujeto o grupo comparándolo con un patrono externo que sirve de punto de referencia hablaríamos de progreso en términos relativos.

La educación social debe superar la dicotomía entre el sujeto y la colectividad; no debe olvidar que la educación debe centrarse en “la relación del sujeto con el mundo” donde la medida del progreso individual es fundamental, pero siempre en relación con un resultado final.

Frecuentemente, los profesionales caen en la trampa de perder de vista el marco externo que sirve de referencia y tan solo valorar el progreso respecto a uno mismo. Una primera actividad urgente consiste en ver la forma como los distintos recursos educativos acercan o alejan a la persona que se educa de la incorporación social y hasta qué puntos los cambios que el sujeto experimenta lo conducen en la dirección adecuada.

EL ERROR CON LOS SINÓNIMOS.

Alrededor de concepto educación giran toda una serie de palabras que en muchos casos se requieren presentar como si fueran sinónimos, cuando claramente no lo son. Si antes hemos vistos que era preciso clarificar qué significados se le da al concepto educación, la segunda trampa que cabe resolver es el de la utilización adecuada de los conceptos. ¿Educación es sinónimo de aprendizaje?, ¿de instrucción?, ¿de adiestramiento?, ¿de formación?, ¿de incorporación? ¿se trata de conceptos antagónicos o complementarios?¿se pueden poner en un mismo rango o existen jerarquías entre ellos? Es frecuente que de forma coloquial todo quiere decir lo mismo; ahora bien, sabemos que cada uno de estos conceptos tiene connotaciones diferentes, que van desde el desarrollo del sujeto con conciencia de este progreso, hasta la más pura denominación pasando por el entretenimiento en habilidades descontextualizadas o la adquisición de patrones de conducta basados en la repetición.

En la tercera trampa hay que tratar la confusión entre la buena voluntad y la intencionalidad educativa. Toda acción educativa quiere generar unos cambios, unas transformaciones. Promover cambios desde la educación es tener la intención de educar, mientras que trabajar de forma consciente para asegurar los cambios concretos que se espera obtener es ejercer una intencionalidad educativa.

La cuarta trampa en que se puede caer un equipo educativo es la confianza excesiva en el rigor de la planificación. En estos casos, el éxito de la educación se basaría en la idea de una buena planificación garantiza el control total sobre las variables que concluyen en el proceso educativo.

La quinta trampa en las actuaciones socioeducativas consiste en no entender la profundidad de lo que realmente significa pertenecer a una red. Existe una marcada tendencia a trabajar desde los recursos de forma aislada, como si en este recurso tuviese  que pasar todo: se compensará el pasado, se estimulará el presente y se consolidará el futuro. Se trata de una mirada de puertas a dentro, donde cada institución quiere representar la totalidad del trabajo educativo. Es como si los diferentes servicios tuvieran que utilizar su turno, su única oportunidad, para demostrar a los demás su valor.

La sexta trampa en la que puede caer un equipo educativo es una equivocada percepción de las posibilidades de desarrollo de la persona que se educa. Se parte de la idea de que si se confía plenamente en el educando, éste siempre evolucionará positivamente hasta los objetivos que se han fijado en la planificación. La actitud inicial de incidir educativamente en el otro, de posibilitarle los medios para su crecimiento, la preocupación para desvelar todas sus potencialidades, son el elemento clave para la motivación en el acto educativo: “Conozco el niño o al adulto al que tiene que educar sólo en la medida en que decido hacerlo evolucionar o inmovilizarlo en el ser que es, en la medida en que le tomo como ejemplo de una educación posible o en que encierro en una naturaleza que le condeno a reproducir”.

A partir de los elementos que hemos analizado anteriormente, presentaremos de forma sistematizada los aspectos que desde nuestro punto de vista determinan el potencial educativo de un recurso. La combinación de todos ellos tienen que permitir tener una idea clara de las posibilidades educativas de la tarea que se desarrolla.

LA PERSPECTIVA CONTEXTUAL

En esta perspectiva, nos referimos a la necesidad de identificar el lugar que ocupa un servicio en el entramado de la red de la que se forma parte.  Como ya hemos insistido anteriormente, cada recurso sirve para trabajar unos aspectos dentro de la trayectoria de una persona que se educa. Por ejemplo, no se puede plantear los mismos objetivos, ni tienen que estar organizados de la misma forma, un recurso cerrado de asistencia obligatoria para jóvenes infractores que un proceso abierto de asistencia voluntaria en el medio comunitario.

LA PERSPECTIVA FORMAL

En esta perspectiva, se trata de tener muy presente las características del recurso respecto a la duración de las acciones  que hacen con los sujetos, la amplitud o volumen de población que puede abarcar y, finalmente, el grado de formalidad o nivel de sistematización y pormenorización respectos a los contenidos de aprendizaje.

LA PERSPECTIVA ESTRUCTURAL

En esta perspectiva, se trata de tomar conciencia de los recursos de que se dispone en un servicio y hacer propuestas educativas que sean realistas respecto a lo que se puede trabajar realmente con aquellos recursos. Pese a ser obvio, insistiremos en la idea de que no se puede hacer cualquier cosa a cualquier precio y que con unos determinados recursos solamente se pueden hacer unas determinadas actuaciones.

LA PERSPECTIVA PSICOLÓGICA

Esta perspectiva hace referencia al análisis de las potencialidades del sujeto que se educa y al establecimiento de propuestas realistas porque esta persona pueda tener éxitos. En relación con este momento vital y personal, las acciones sociales pueden tener, como mínimo, tres grandes orientaciones posibles:

-Una orientación compensatoria que tiene por objetivo neutralizar los efectos inhibidores de la deprivación  social o de una dificultad evolutiva, respecto a habilidades que se tendrían que tener pero no se tienen o de aprendizajes que sería necesario haber alcanzado.

-Una orientación estimuladora que tiene por objetivo posibilitar la aparición de habilidades, capacidades y aprendizajes que la presión ambiental probablemente impedirá que lleguen a aparecer.

-Una orientación rehabilitadora que tiene por objetivo recuperar habilidades, capacidades y aprendizajes que ya se habían alcanzado pero que están temporalmente o definitivamente perdidas.

LA PERSPECTIVA SOCIOLÓGICA

Esta perspectiva hace referencia a la identificación de la función social explícita o implícita que se otorga a un servicio. Entramos en un terreno delicado porque no necesariamente todo aquello que se dice explícitamente coincide con lo que implícitamente se piensa.

LA PERSPECTIVA VALORATIVA

Finalmente, existe un último elemento fundamental que determina las posibilidades educativas. La perspectiva valorativa hace referencia a la necesidad de tomar conciencia respecto a la tendencia ideológica de la institución y/o administración que crea un determinado servicio.

En este punto es fundamental clarificar que significado se da a determinados conceptos y conocer el espíritu que está detrás de una ley, una red, una institución o un recurso, porque cada uno de los posibles significados obran o inhiben posibilidades educativas.



  


No hay comentarios:

Publicar un comentario